Por abreviar: picc.3(III=picc).3.corA.3(III=bcl).bcl.asax.dbn–6.4.3.1–timp.perc(5):vib/lg sus.cym/SD/bongos; tuned gongs/sus.cym/glsp/mar/tam-t/BD/chimes/vib/low tom-toms/tgl/castanets/… usw.

La solista de timbal en una interpretación de la Symphonie num 2 “Le Double” (1959) de Henry Dutilleux

No hace mucho que mi compañero Pablo M. se quedó perplejo ante una indicación en su partitura que no conocía y que coincidía con una repentina reducción del tamaño de las notas en su pentagrama: „Cue FrH 3,4“. Ermmmmmm ¿ Cu no era cobre y Fe hierro y H hidrógeno ? ¿ Una fórmula infiltrada entre pentagrama y pentagrama ? ¿ La obra de un jíbaro que reducía notas en vez de cabezas ? ¿ O la reducción sólo significaba que había que tocar muy piano las notas pequeñas ?
Para desvelar el misterio tras esas indicaciones, conviene que aborde los dos significados de „cue“. Luego haré una digresión sobre abreviaturas, enrevesada pero bonita. Por fin, ofreceré un remedio para saber lo que significan.

Cue para dar pie

Cue (se pronuncia kiu) es una palabra inglesa. El Cambridge English Dictionary la define como “una palabra o una acción en una obra de teatro o una película que se usa como indicación para que uno de los actores diga o haga algo“. En español la traducción más correcta de cue es „entrada“ o „pie“. Así, fijaos en la acepción 14 de la entrada “pie“ en el fabuloso Diccionario de la Lengua Española:

Palabra con que termina lo que dice un actor en una representación dramática, cada vez que a otro le toca hablar.

The Free Dictionary, el diccionario electrónico que combina con otras fuentes The American Heritage Dictionary of the English Language, atribuye en la segunda acepción de cue un significado que nos resulta algo más próximo:

Fragmento musical, procedente de la partitura de otro instrumento, que se incluye en la partitura de un ejecutante, normalmente en notas más pequeñas, para indicarle la entrada después de un silencio prolongado.

En realidad, las tres definiciones hacen referencia a una situación situación similar: un instrumento (en nuestro caso) permanece en silencio durante un número considerable de compases mientras los demás tocan. Cuando se aproxima la entrada de ese instrumento, su partitura incluye en notas de tamaño reducido los compases previos a su intervención. Uno de las mejore muestras está en las partes del Bolero de Ravel, del que reproduzco la primera entrada del clarinete. Se puede observar que los cinco compases finales del solo de flauta se han impreso en notas reducidas para avisar al clarinetista de la llegada de su solo. En otras ocasiones hasta se añade la indicación „Play“ (toca) por si había alguna duda.

La primera intervención del clarinete tras el solo inicial de la flauta en Boléro (1928) de Maurice Ravel

Cue para dar faena (y subsanar “defectos“)

En las bandas es norma que falte un músico a los ensayos. ¿ Por qué? Pues… porque siempre hay alguien en época de exámenes; porque la pereza y la falta de sueño son enemigos poderosos; porque hay quien no se ha mirado la partitura y se arriesga a „verlas pasar“; porque alguien no tiene quien le lleve al ensayo…
También se dan casos en que una obra demanda un instrumento que o ningún músico toca o la banda no ha podido comprar: un clarinete bajo (Yamaha YCL-6211) puede costar entre 9.259,99 y 14.759 dólares y el fagot YFG-812/812C se vende por 18.549,60 €. No se sabe si los céntimos los descuentan.
¿ Qué ocurre cuando faltan los músicos que debería tocar las trompas 3 y 4, por ejemplo ? ¿ Qué ocurre cuando no se dispone de celesta, de arpa, de clarinete bajo o de contrabajo ?. De alguna forma, los compositores y los editores musicales „se hacen cargo“ y anticipan esas dificultades. Las remedian incluyendo en las partituras pasajes „a defecto“, compases en notas reducidas procedentes de un instrumento del que no se dispone. Estos pasajes se indican como „Cue“ o „Def“ junto a la abreviatura del instrumento a sustituir, que siempre es alguno de parecida tesitura: se cambia celesta por una combinación de xilófono y lira, o por un teclado eléctrico que también sustituye el arpa. Con los instrumentos graves (contrabajo, el clarinete bajo, el saxo barítono) siempre la paga la tuba.

Pablo M. no sabía (pero su director sí) que FrH significa French Horn y que Cue FrH 3,4 quería decir “toca si faltan las trompas tercera y cuarta“. Y faltaban. Casi siempre faltan.

Las abreviaturas y su remedio

Las abreviaturas en la notación musical son tan frecuentes como en el lenguaje escrito, y más complejas: muchas de ellas sustituyen acciones y no sólo términos. A veces, hasta tienen algo de indicaciones de tráfico: vuelva al principio, siga hasta la señal y luego salte hasta donde vea “coda“ y continue hasta el final“. La mayoría de esas indicaciones abreviadas son comunes a composiciones de diferente procedencia— todo el mundo entiende el significado de cresc o ppp— pero los nombres abreviados de los instrumentos son otra cuestión.
Contratiempos como el de Pablo se suelen repetir con cierta frecuencia, y no sólo en los pasajes a defecto o en las partituras editadas en inglés. Un archivero puede tener problemas si no sabe a qué se refiere „Flgn“ en el encabezamiento de una parte. Y un director que trate de seleccionar una obra, tendrá que lidiar con „fórmulas“ tan intrincadas como la del título de esta entrada. Y es difícil que pueda saber si tiene los instrumentistas necesarios para abordar la interpretación de la obra en cuestión. Por otra parte, quien siga una partitura de orquesta o banda puede volverse girulo si al pasar a la segunda página se encuentra E.H. donde debería de haber un English Horn (Corno inglés) o Dbn en lugar de Double Basson (Contrafagot).
Todos los problemas (menos uno) tienen remedio y el del las abreviaturas de instrumentos musicales no es la excepción. Boosey & Hawkes, uno de los mayores grupos editoriales de música, ha publicado una lista de abreviaturas estándar correspondientes a 18 instrumentos de viento-madera, 14 de metal, 23 de percusión, los habituales 4 de cuerda y 11 tesituras de voz para las partituras con partes vocales. Como parece que no bastaba, ha añadido abreviaturas también para instrumentos poco frecuentes: la mandolina, el clavecín, el sintetizador… Cada abreviatura se acompaña de su correspondiente término íntegro en inglés, alemán, francés e italiano.
Con algo de práctica en esa tabla, es posible traducir que Igor Stravinsky compuso su famosísimo Ebony Concerto (Los Angeles, 1945) para 2asax.2tsax.barsax.bcl-hn.5tpt.3trbn-pft-harp-guitar-perc-db es decir para 2 saxos altos, saxo barítono, clarinete bajo, trompa, 5 trompetas, 3 trombones, piano, arpa, guitarra, percusión y contrabajo. Et voilà.
Propongo a los músicos jóvenes un juego: que cada uno averigüe cuál es la traducción de su propio instrumento a todos esos idiomas y a su abreviatura, claro.
Como los aplausos son fruto de este tiempo, el video que acompaña a esta entrada no puede ser más que la Clapping Music de Reich. La interpretan los percusionistas de l’Orchestre philharmonique de Radio France y de l’Orchestre National de France. No es que sean palmeros andaluces, pero le ponen humor a la cosa y saben estar “en su papel“.

Postdata

La abreviatura del título corresponde a la instrumentación de „City Noir“, la sinfonía de John Adams para orquesta y saxo alto que se basa en las bandas sonoras de las películas de cine negro de los 40, según su propia descripción.

La traducción es la siguiente:
piccolo, 3 flautas (la tercera dobla al piccolo), 3 oboes, corno inglés, 3 clarinetes en Si bemol (el primero y el segundo doblando a clarinetes en La y el tercero doblando a un segundo clarinete bajo), clarinete bajo, saxo alto, 2 gafotes, contrafagot; los metales son 6 trompas, 4 trompetas, 3 trombones y una tuba, timbales, una batería de jazz, piano, celesta, 2 arpas, los habituales instrumentos de cuerda y 5 percusionistas, de los que el primero (por ponerlo de ejemplo) ha de tocar el vibráfono, los platos grandes suspendidos, la caja y los bongos. El resto lo podéis traducir vosotros mismos.

Bitte bleibt gesund.

Dos “porcasi” y sus consecuencias

Dos artículos han atraído mi atención recientemente. Ambos utilizan como excusa la Wikipedia- más precisamente las referencias bibliográficas de la Wikipedia- con desigual objeto y alcance y fortuna. Uno de los trabajos es modesto en su objetivo, su realización y su publicación; el otro se apunta a la fiesta de las macro series de datos, con miles de casos y bonitos fuegos de artificio en sus figuras. Quiero comentarlos brevemente y tomarlos como excusa para hacer una proposición que me divierte.

Los “porcasi”

María Sanz-Lorente y sus tres colaboradores han publicado en la Revista Española de Documentación Científica un artículo que han titulado Las referencias bibliográficas de los términos sobre enfermedades de transmisión sexual en la edición española de la Wikipedia con objeto de “analizar la corrección de estas referencias y probar su validez para acceder al documento fuente“. En medio de un amplio despliegue de intervalos de confianza, con derroche de amplitudes intercuartílicas (sic., no en vano el equipo proviene del campo médico) concluyen que “el porcentaje de error en las 3777 referencias que analizaron es “elevado, variado y múltiple“ y estos errores “dificultan el proceso de transmisión de la información“. Están en lo cierto y los editores de la enciclopedia a buen seguro han tomado buena nota.
Por su parte, el gran Daniel Torres-Salinas, que también encabeza un equipo de tres colaboradores, ofrece la enésima estructuración de las disciplinas científicas partiendo de las referencias bibliográficas de la Wikipedia— parece, aunque no se menciona, que en su edición en inglés. Su trabajo se titula Science through Wikipedia: A novel representation of open knowledge through co-citation networks y emplea algo menos de 700.000 referencias procedentes de artículos de la Wikipedia almacenadas por altmetrics.com. Tras una plétora de resultados entre los que me pierdo, concluyen que la información que más se enlaza (consume) se publica en revistas médicas- aunque con datos ponderados es PNAS la revista más empleada como fuente. Estos y el resto de los resultados son relevantes para muchos, aunque tienen poco que ver con la Wikipedia, por mucho que se haya enfatizado en la introducción que la enciclopedia sea el resultado de un “proceso de negociación que nos proporciona una representación del conocimiento en la sociedad“ y que se reconozca que sus contenidos están “explícita- y deliberadamente conectados con la investigación académica publicada a través del proceso de revisión por pares.“

Las consecuencias

Los años 20, tan golfos en París y alrededores, dieron para que los grupos surrealistas colaboraran perpetrando „les cadavres exquis“. No habían inventado nada. El juego de elaborar a ciegas un texto o una imagen colectivos data del siglo XVIII y, por su estructura, recibe el nombre de consecuencias. Originalmente, se elegía a un hombre cuyo nombre quedaba oculto, a continuación también se ocultaba un nombre de mujer, seguía el nombre de un lugar y un par de comentarios, que permanecían asimismo ocultos hasta que, finalmente, se añadía una consecuencia. La lectura de todo podía deparar resultados descacharrantes, del estilo de: Javier Maroto y Lucía Echevarría en Bali se encuentran y se enrollan. Por eso Vox se hace con la mayoría en el Parlamento Vasco. Algo así de adolescente.
Pues bien, supongamos que el trabajo de María Sanz-Lorente es un primer apunte para el cadáver exquisito y el de Daniel es el segundo. Trampeando, puesto que conozco de antemano esos dos pasos previos, yo añadiría un tercero, la proposición que he mencionado al principio de esta entrada.

La utilización de la evidencia en Wikipedia: una comparación

Supongamos que selecciono aleatoriamente un grupo de artículos de contenido científico en la edición en español de la Wikipedia. Lo hago, por descontado, de forma estratificada, para tener representantes de las ciencias físicas, las naturales, las sociales y las humanas. Supongamos que, a continuación, selecciono las entradas equivalentes en las ediciones en inglés, en francés, en alemán… und so weiter. Luego extraigo y computo las referencias bibliográficas de cada uno de los artículos y comparo el número de referencias, su tipo, su antigüedad, su nacionalidad y todas las variables que una buena tormenta de ideas pueda proporcionar.
Las preguntas que con este ejercicio intentaría responder es ¿ En qué medida se basa el conocimiento divulgado a través de la enciclopedia en la evidencia científica disponible ? ¿ En qué disciplinas es más reciente la información enlazada ? ¿ Se han preocupado los editores de las entradas de ofrecer acceso a los documentos íntegros ? ¿ Están dirigiendo a publicaciones estrictamente científicas o más bien a obras de divulgación?
En fin, yo sé que este tipo de estudio comparado no daría para un artículo de la REDC, mucho más seria, y no digamos para PLoS, pero quizá sea un buen tema para un trabajito digno de fin de grado o de fin de master. A mí me gustaría saber cómo diferentes sociedades y culturas están aprovechando los resultados que la evidencia científica proporciona y están, por ello, garantizados, por muy provisionales que resulten.
¿ A vosotros no ?

Lo que sigue es una muestra de que entre el jazz (aunque sea en versión japonesa) el tango (aunque no tenga bailarines) y la música de cámara (aunque se interprete en grandes auditorios) no hay ya barreras.

El montaje de cabecera es mío. Lo he titulado, con mi habitual falta de tino “frutos del tiempo”.

Bitte bleibt gesund !